Actualizado a 2025
Lección 6: resumen
En la actualidad, el sistema más habitual de ventilación en centros de trabajo y locales es la ventilación mecánica, ya que permite mantener estable la temperatura y la humedad interior, reduciendo el riesgo de enfermedades microbiológicas. Aunque la ventilación natural ha ganado relevancia tras la pandemia, no siempre garantiza una calidad de aire constante.
Existen dos tipos de ventilación mecánica:
Una instalación clave en este ámbito son las torres de refrigeración, que son mecanismos que eliminan calor en grandes edificios mediante el uso de agua pulverizada.
Estas instalaciones son especialmente sensibles a la proliferación de Legionella, ya que operan en rangos de temperatura óptimos para su desarrollo (20-45 ºC) y generan aerosoles que pueden llegar a zonas sensibles como hospitales o escuelas.
Por este motivo, el Real Decreto 487/2022 exige realizar una Evaluación del Riesgo (ER) antes de poner en marcha estas instalaciones, además de establecer un Programa de Mantenimiento Higiénico-Sanitario (PMHS) que incluya controles analíticos, desinfección, limpieza y revisión de equipos.
También es obligatorio:
Para instalaciones con alto tránsito o uso crítico, se recomienda el uso de tests rápidos (resultados en 30 minutos) o incluso monitoreo continuo, con alertas automáticas si se detecta contaminación.
En resumen, los sistemas de ventilación y las torres de refrigeración deben estar correctamente diseñados, mantenidos y supervisados para evitar brotes de Legionella. El titular de la instalación es el responsable último de garantizar su seguridad y cumplimiento normativo.
Lección 6: ampliada
La ventilación natural sucede cuando existe un movimiento incontrolado de aire o infiltración a través de la apertura de ventanas o puertas y por pequeñas grietas en una casa o local. No obstante, y a causa de los sistemas centrales de calefacción y refrigeración, la mayor parte de las personas no abren ventanas y puertas con tanta asiduidad.
Por lo tanto, la infiltración de aire se ha convertido en el modo fundamental de ventilación natural en los centros y lugares de trabajo.
La tasa de ventilación natural de un local es impredecible e incontrolable, por lo que no puede asegurar su ventilación de manera uniforme. La ventilación natural depende de:
Por lo tanto, durante estaciones como primavera o verano, algunos locales pueden estar faltos de suficiente ventilación natural para la expulsión y eliminación de contaminantes o microorganismos.
Por otro lado, las instalaciones herméticamente selladas pueden tener una ventilación natural insuficiente la mayor parte del tiempo, mientras que los locales con altas tasas de infiltración de aire pueden experimentar altos costos de energía.
Los sistemas de ventilación mecánica pueden ser de simple flujo o de doble flujo:
Se basa en un extractor que elimina el aire contaminado de la instalación y a través de un sistema de conductos se vierte al ambiente exterior.
Es el sistema de refrigeración más simple.
Inconveniente: no controla el aire de entrada y no controla si todo el aire contaminado sale del interior. Además, necesita bocas muy grandes para expulsar todo el aire que haya en locales muy grandes.
Se basan en extraer el aire contaminado del interior de los locales, impulsar aire nuevo y renovado dentro, y de tratar el aire de entrada de distintas formas.
Son los más empleados en la actualidad.
Hay diferentes tipos:
Las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos están considerados entre las instalaciones con mayor riesgo de proliferación y diseminación de Legionella spp. por su capacidad para generar aerosoles que pueden alcanzar grandes distancias y zonas sensibles como hospitales, escuelas o espacios públicos.
Se puede definir a una torre de enfriamiento como un mecanismo especializado y diseñado para eliminar el calor de un edificio rociando agua por una torre para enfriar la temperatura del interior de un local. El aire entra por los laterales de la torre y pasa a través del agua que cae de la parte superior. A medida que el aire pasa a través del agua, el calor se intercambia y parte del agua se evapora.
Las torres de enfriamiento se utilizan principalmente para calefacción, ventilación, aire acondicionado y fines industriales. Las torres de refrigeración, al emplear agua en su funcionamiento, son propensas a desarrollar brotes de Legionella.
Estas instalaciones funcionan mediante un circuito cerrado o abierto donde el agua se enfría por evaporación, lo que crea unas condiciones ideales para el desarrollo bacteriano: temperaturas entre 20 °C y 45 °C, presencia de nutrientes orgánicos y posibilidad de estancamiento de agua.
El Real Decreto 487/2022, en vigor desde el 2 de enero de 2023, exige una evaluación del riesgo (ER) previa a la puesta en marcha de cualquier torre de refrigeración, así como su revisión periódica. Esta evaluación debe identificar las condiciones que favorecen la proliferación de Legionella, como:
Es por ello que las torres de refrigeración también son el sector más fuertemente regulado en el sector de tratamiento de agua y control de Legionella. No obstante, si las torres de enfriamiento son monitorizadas de manera frecuente, correctamente mantenidas y controladas de manera correcta, el riesgo de desarrollar un brote de Legionella es mínimo.
Este tipo de medidas deben ser adaptadas, controladas y subvencionadas por los propietarios de las instalaciones. Las funciones que tienen los responsables de cara a prevenir el desarrollo de Legionella en las torres de refrigeración implican los siguientes aspectos:
Desde una posición legal y regulatoria, no es suficiente contratar a una empresa de gestión del agua y luego confiar en sus mejores esfuerzos. El propietario de la instalación es, en última instancia, responsable de la seguridad de las instalaciones y debe asegurarse de que se están tomando todas las medidas prácticas de control, no solo de que se hayan cumplido los requisitos mínimos.
En España es un requisito legal llevar a cabo evaluaciones de riesgos en torres de enfriamiento y sistemas de ventilación, para identificar y evaluar cualquier peligro de Legionella en el sistema, o cualquier trabajo asociado con él.
El Real Decreto 487/2022 establece un marco técnico-sanitario exigente para prevenir este riesgo. Además, los sistemas de ventilación que manipulan humedad, como humidificadores, recuperadores de calor o climatizadores, deben evaluarse según su diseño y condiciones de operación si hay posibilidad de formación de aerosoles.
Los aspectos que se deben evaluar son los siguientes:
Se recomienda un muestreo más frecuente en casos como:
El control de Legionella en este tipo de infraestructuras consiste en la toma de muestras del agua que se usan en los sistemas de ventilación o en las torres de refrigeración. Este tipo de muestras son recogidas por empresas especializadas que las analizan en sus laboratorios, o en algunos con los que se encuentren asociados.
Este método tiene un problema: se tarda en torno a 10- 14 días en tener los resultados, tiempo que puede ser muy peligroso para los clientes de los locales o instalaciones. A causa de ello, cada vez son más las empresas que usan pruebas in situ de Legionella en las propias instalaciones. Con este tipo de análisis se puede conseguir datos fieles y correctos en cuestión de 25- 30 minutos.
Además de todo lo anterior, también existen métodos de monitoreo continuo, mediante los cuales se detecta de forma diaria la presencia o ausencia de Legionella. Si se detectara que el sistema se encuentra contaminado, se avisa a la empresa responsable mediante un programa informático.
Otras medidas de control de Legionella en los sistemas de ventilación y/o torres de refrigeración son las siguientes:
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